domingo, 7 de noviembre de 2010

¿Por qué se deduce?

¿Alguna vez os habéis fijado en cómo funcionan las hormigas?
Sí, esos seres diminutos parecen saber todo, saber el cómo, el para, el cúando...
Actúan de manera guíada percibiendo todo en todo, pero primero en sí. Se guían en conjunto para realizar su tarea existencial, eso es lo que les permite vivir y sobre todo continuar.
Pues eso es lo que al ser humano aún no le ha permitido definirse. Sí, cuando hablo de definición hablo de ver su propio significado en los demás, porque si asi fuera habríamos descubierto la certeza de lo unánime. Un mismo hálito, un mismo percepto, un mismo respirar...
Un mismo fin sin variación, un todo en todo, un concluso.

Ahora hablaremos del por qué de deducir. Cuando digo deducir no hablo de su definición más simple, utilizada hoy día, me refiero a su principio conductor. El principio de conducir, de llevar, de arrastrar.
Este significado nuclear nos habla de la importancia de conducir. ¿Por qué? Porque todo se proyecta, todo se afina, todo se rige y todo se colma.
Desde pueros hasta seniles, se accede de igual forma, allanando.
Porque como es arriba es abajo, y como es abajo es arriba.
Por ese motivo lo beato y fuera de ignorancia sería dar regencia a lo que lo tiene.


Por ello, ver y mirar como se forman las nubes, proyectar en ellas vuestras ideas que llegarán a tomar realidad, una realidad tangible como el mismo aire, no visible pero existencial. Pero acordaos de realzar todo, desde vuestro entorno hasta vuestro interior.
Porque aunque no lo veáis no querrá decir que no exista, pues como el aire.
Porque todo principio lleva a un fin, una finalidad, una causalidad y un hecho.
Todo y todo está en continuo movimiento, volver ahora a mirar las nubes, véis como se mueven, podéis verlo; pero, ¿pódeis ver cómo se mueve la tierra?, No pero lo sabéis, pues igual os movéis vosotros, se mueve todo y todo.
Dad un paro, apartaos sólo un segundo de vuestras tareas y conducid. Acordaos de conducir a éste y a aquél. Acordaos, no importan  situacionales, no lo sabéis todo de éste ni de aquél, ni siquiera de vosotros, solo conducid, conducid a lo máximo.
Porque el rebaño necesita del pastor para comer, no os créais tan diferentes, necesitáis los unos de los otros, no estáis solos ni aquí ni allá, por eso se os impuesto y puesto celadores.
Por eso conducid, elevad, construid, poco a poco alzando alcanzaréis el cambio. Todo y todo cambiará y continuará cambiando es ley. Nada se mantiene, nada es permanente, todo sube, la temperatura, los ciclos, el movimiento, la velocidad...
Cuando aprendáis, solo entonces veréis, alcanzaréis la unción. En ese instante vuestras luces serán tantas que iluminarán todo y todo. Sólo entonces las luces unidas en alma y seno viajarán unidas en el universo. Allá en otro lugar que instar. Juntos, unidos perfeccionaréis, acogeréis otro lecho y continuaréis.
Será el nuevo estadío entonces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario