viernes, 31 de diciembre de 2010

Supino

Vale más ignorancia que presagio,
vale más silencio que letargo,
vale más supra que bajo,
vale más distinto que lacio,

Si los valores te son dados, no infieras en lo llano, saca el espeso del retrato y sombra y luz por devano.

martes, 28 de diciembre de 2010

Ayuntar

"Porque es secular y contraria la idea que todos tenemos sobre el amor."

Para sentir el amor, sólo dejes dejarte llevar, fluir algo de lo que tanta gente parece hablar, y algo tan difícil de hacer. Fluir, ¿qué es fluir?, eso suena a agua. Sí exacto, tu estás compuesto en gran parte por agua, de que te extrañas entonces, debes hacer como ella, fluir.
Para fluir, sólo debes llevar tu mano al pecho y ver, esa sensación que recorre tus venas, tus células, todo tu interior, ese estado es el fluir.
 Es fácil fluir estando en éxtasis, pero lo difícil es fluir estando en quietud.
Para llegar a fluir en quietud, debes sentir, debes no pensar, no pienses ni aquí ni allá, ni antes ni después, ni bien ni mal, ni cúanto ni cómo, ni hasta, ni por qué.
Los contratiempos te alejan del fluir, los pensares también, es muy metódico creer en lo que uno controla pero el fluir se aleja de cualquier regla.
Vayas o vengas el recuerdo de tu existencia, manará solo por ese fluir que será lo llevado a allá. El fluir acumulado en vidas exánime, acompaña al alma lejos de los tiempos y pasará a ser cúmulo de tu hábil.
Por eso encárgate de dejar a tu ser fluir en toda existencia, no le tortures, no le presiones, no le olvides, no le distraigas él, solo él, te dará las pistas adecuadas para manar como un río.
Cuánto más te encargues de permitirte fluir más aprenderás, la tarea de tu existencia. Fluir no es mantener, no es tiempo, es hacer el tiempo oro, no es trasladar es llevar contigo.
No es exigir, acusar o negar, es afirmar, permitir y animar.
Aprende ahora que los prójimos eran sabios por fluyentes aprendidos, no por vislumbrar. Así que no te encargues de lo que no es fin, no eres juez ni atestiguo, no eres dueño ni ley, no eres meta ni causa, eres sólo eres.
No busques indicio ni pugna, sólo necesitas tus propios "mesos" Para hallar tu meso o tu mitad  debes realzar tu parte más beata, tu esencia y dejar atrás tu existencia. Ese término "meso" o medio será el medio que te lleve a experimentar el fluir, esa parte media te ayudará a ver como puedes caminar.
 Ahora la verdad del fluir, de su exilio, de su unanimidad, recae en una verdad, la verdad del ayuntar.


Ayuntar es unir, unir es amar. Amar durante, amar en tiempo, haciendo oro, creando y alimentando, dando volubilidad pero nunca altercando.
Únete, saca la mitad de todo, de los dos, de los dos en dos, de los alrededores, de tu tierra, de tus lazos, de tus genes, saca eso y llévalo al medio ayuntando y fluye.
Sacando el medio concluirás que la verdad del amor que te fue impuesto como ley solo se admite en medio, nunca entero.
Palabra de Dios.























viernes, 17 de diciembre de 2010

Auspicios

Rinde en nuestros corazones, alterna en las miradas,
llega ya la esperada.
Sentida por dentro, y a la vez por mera,
 es ella la buenanueva.
Dulce canto acompaña,
 Vesta, en estas fiestas.
Natividad escrita, presencia realzada,
 ea pues la llegada.
Ahora en dos se siente, calor y mentes en unión.
El todo inunda, la bondad proclama,
celebrad la celada,
pues alma y cuerpo debéis unid,
no sólo en señalada,
 lo cierto es amar sin voz,
pero sin con ánima. 

domingo, 5 de diciembre de 2010

Epifanía

Lo pasado pasado fue, y fue y es y será. Su reencuentro con dios y con vosotros, se produce constantemente por la necesidad, para conducir.
La verdad, es verdad y sólo es una.
El estamento y el entrenuevo fue uno. Se avisó a María.
Ella aceptó, su dorado corazón era el elegido, solo su alma y su conciencia serían las elegidas para recibir al entrenuevo.
Esta época fue de tan amor por la venida del niño del amor al mundo que todos a su alrededor se beneficiaron de su amor y luz y por ello la paz se difundió. Es lo que ahora conocéis como Navidad, aún el recuerdo de ese amor es lo que os une en estas fechas, esa necesidad de acercamiento con las personas que amáis, no lo olvidéis pero acordaos de lo importante, lo verdadero.

Tras María fueron muchas las elegidas para atravesar las barreras y hacer la unión de dios con el mundo, para hacer visible lo invisible y hacer lazo de lo desatado. Pues es el sufrimiento de amor el que debe pagar una mujer con amor por el fallo de Eva, el dolor del parto.
Ellas fueron Eugenia, Salvadora, Méfises, Dulce, Abilia, Men Shu Yao, Erinia, Ametis entre otras..
Desde ese entonces se elige a una en un punto distinto para equilibrar la balanza.

El nacimiento fue de intervención divina pero necesitado de intervención humana también, María virgen enamorada de su cercano, José consumaron el acto.
Fue el amor de María incondicional hacía José,lo que envió señales a los ángeles, pues aunque él era  mayor que ella, no conoció otro hombre jamás de los jamases, pues él era el uno que ansiaba su alma.
En el cielo se sabía, que  él, estaría reflejado en los ojos del nato y por tanto sería el niño más amado que se había conocido en la Tierra.

Juntos, José y María tuvieron que huir al saber de la esperada del niño, para protegerle de lo que se avecinaba, el odio y la oscuridad les rodeaban.
Atravesaron desierto y hallaron lugar, palacio sin oro, metal pero con amor y sabiduría.
 Se trataba de una malla, un espacio dedicado a la manufactura y carpinteria.

El espacio estaba dedicado al trabajo y olia a madera pero José al explicar la situación de su mujer a los hombres, ellos entendieron y aceptaron su llegada, era la señal que (María había visto en sueños)
Con la condición de que José trabajara para ellos, pues no tenía bienes. Desempeño su labor, con algo de carpinteria aprendida y en sus ratos libres aprovechaba para hacer la cuna a su futuro hijo.

Pronto se acercó el gran día y María dió a luz con la ayuda de Rosada, hermana mayor de un trabajador de la posada. José asustado se desmayó, pero pronto los ángeles le despertaron del sueño y allí se encontraba su mujer más hermosa que nunca con el niño en brazos, parte de él, parte de ella, y parte de Él, la santísima trinidad.
Todos los compañeros de José que allí atendieron el suceso llevaron regalos para el niño, unos llevaron objetos, otros bien no sabía que llevar y llevaron especias para aliviar el dolor a la madre, otros llevaron ropa hecha por sus mujeres para el niño, estos fueron doce más uno.

 Al recibir al niño, la cantidad de seres de luz que allí se encontraban para ser testigos de la epifanía pusieron de nervios a los animales de las cercanías, los caballos se soltaron, los cerdos gritaban, las aves exclamaban lo que el cielo venía anunciando con las trompas hacía decenios. Eso aún se recuerda por humanos que transmitieron unos a otros el hecho de los animales.

 Pronto las gentes miraron al cielo y lo que creyeron una lluvia de estrellas fugaces, erán Árcangeles y Ángeles danzando al ritmo del honor y la gloria pues el hijo de Él llevaría su palabra y su amor a todos y entonces,  sabrían despertar y comenzarían a pasar las pruebas que Él impuso.