Saber ser.

Y su hermana menor le preguntó:
- ¿Y qué pasa con los que no podemos escuchar a los ángeles?¿Cómo podemos llevar una vida mejor, si no somos capaces de oír sus consejos?
- No temas hermana, no caes en cuenta de la verdad, tus palabras no van de la mano de tu acción, mira, date cuenta, yo voy a intentar explicártelo; pero para ello, tengo que explicarte la diferencia entre oír y escuchar.
 Debes saber, que oír no es más que percibir sonido con los oídos; mientras que escuchar es prestar atención a lo que se oye.
- No entiendo hermano...
- Te voy a poner un ejemplo:¿ recuerdas cuando mamá siempre le decía a nuestro hermano mayor que tuviese cuidado con la bicicleta, que no fuese tan rápido al montar?
- Sí, sí lo recuerdo.
-¿Verdad que ella se lo repetía cada día?
- Sí, siempre antes de que él saliera a pasear con ella.
- Pues a pesar de que mamá se lo repetiese cada día, nuestro hermano nunca escuchó, no hizo caso a sus palabras, sólo se limitaba a oír lo que ella decía .Y , es por eso, que acabó cayéndose en la plaza.
- !Ahora lo entiendo! !Gracias hermanito!
Pero, ¿entonces cómo puedo escucharles?
- Pues fácil, solo debes escucharte a tí misma.
- ¿Y cómo hago eso?
- Pues cada vez que sientas que debes hacer algo, ve y hazlo, cada vez que sientas que debes tomar una decisión y crees en una salida, tómala. Cada vez que desconfíes de alguien, estarás en lo cierto. Cuando creas que estás enamorándote,  también confía en tí.
 En todas estas ocasiones ellos están a tu lado para protegerte, ayudarte, guiarte, llevarte por el mejor camino en busca de tu felicidad, paz y armonía.
! Gracias hermano, ahora lo entiendo todo.! Voy a empezar a escuchar a los ángeles, a escucharme, desde hoy mismo!  !Gracias!

Y la niña fue tranquila a jugar habiendo aprendido una gran lección, el saber ser.