viernes, 13 de enero de 2012

Reviertes sobre el alma de Dios. Esperanza. Agravio de los oclusos. Centello de los amaneceres. Casto y justo de los hombres. Comprendes la palabra, joven eres.
 Mas no temas, el hijo que está por llegar, savia de vanidad cortará.
 Los dedos de su padre lleva, escribirá.
 Llegará a la sinagoga anunciando. 
Pues de su tribu procede. David, Galia, Retrusa, Neón.
 Inscrito en el cielo estás.
 Toques de campana a tu paso.
 Opio y laurel en tu ofrenda.
 No lastimes a los hombres que te aman, corta los lazos sin derramar que de tu alma no nace ira, sino calma. Monje de los monjes, centenario en alma, destruyes la inocuidez de sus tratos.

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