lunes, 29 de agosto de 2011

Costernación

Hoy voy a tocar un tema con el cual, mucha gente se va a sentir identificada. He decidido hablar sobre ésto, tras haber tenido una serie de vivencias entre en las que, unas veces, era yo el protagonista y en otras no. Por todo ello, espero que os llevéis un gran mensaje de estas palabras.

En nuestra vida, existen distintos nexos (uniones) con las personas que nos rodean, unas veces elegidos y otras no. Estas uniones existen desde que nacemos, venimos con ellas, otras las vamos entablando nosotros. Una vez consolidada la unión queremos que de ella, salga algo verdadero, amor.

 Es ahí, cuando viene el fallo, pues el amor se da, no se pide. No podemos pretender que una persona nos ame, solamente porque tenga la etiqueta de: Padre, madre, hermano/a, mejor amigo/a, primo/a. Son constantes las veces que acuden personas a mí diciendo: !Pero es que es mi padre!, !pero es que mi amigo!, !pero es que es mi hermana!. !No! Es Pepe, es Luis, es Juana. No son papá, mamá, hermano; nadie los llama así, salvo tú, entonces, ¿Qué será más correcto?, ¿Creer en algo que es nombrado por el resto del mundo, o creer en algo que sólo nombras tú? 

Debes ser lo suficiente maduro para aceptar, aceptar que porque lleve la etiqueta de madre, no tiene porque necesariamente amarte. Que porque lleve la etiqueta de hermano, tampoco. Puede que sí, que no digo que no, pero también existe la otra posibilidad.  Y es la que no nos gusta y la que no queremos aceptar.

Cuando se de la situación, de que tengas una unión con alguien que no te ama, puedes hacer dos cosas: O bien aceptar esa unión, pero nunca llegando a la costernación, porque no hemos venido a sufrir, o bien, cortarla.

 No digo que las  relaciones sean fáciles, pero tampoco son tan difíciles, es fácil ver cuando alguien no te ama; porque, en ese caso, esa persona te hará mal, pues no actúa desde el amor. 
Todos sabemos cuando alguien nos ama y cuando no, simplemente háganse caso.

 Luego existe la otra posibilidad, que es cuando alguien deja de amarnos y nos aferramos a lo que fue. Puede que ese nexo con esa persona estuviera medido por el amor en el pasado, ahora quizás no lo está. Quizás tu madre te amó cuando eras un bebé, quizás ahora no, quizás tu pareja te amaba al principio, ahora quizás no.

Las personas cambian y es por ello, que si no crecen en el mismo camino, acaban separándose. Es difícil seguir el camino junto a otros que no quieren caminar al ritmo, pero no se cansen y permitan que les acompañen.  Nunca permitan que se les crucen delante.

Como conclusa, les diré que sepan distinguir cuando es amor y cuando no, sean hábiles. Que sepan cuando una relación ha finalizado y quédense con el recuerdo. No intenten nunca que nadie les ame, eso es mendigar.
Porque primero, no lo conseguirán y segundo, sólo obtendrán mucho dolor. Recuerden que el amor nace solo, que sale de un corazón y toca y embellece todo lo que alcanza y que eso nunca es necesario pedirlo.

Sepan que hay millones de millones de personas dispuestas a amarnos y que sólo hay que darlo. 
Un fuerte abrazo.




















No hay comentarios:

Publicar un comentario