miércoles, 29 de febrero de 2012

Costernación.

Una madre sufre cuando su hijo pequeño llora. Mas la madre no sufre igualmente cuando comienza a desvelar que los llantos de su hijo no significan todos lo mismo. Así uno es simplemente, por capricho o por antojo, otro por hambre y sed, otro por afirmación y sólo uno único de dolor, el más profundo de todos.
Así la madre protege y cuida a su hijo calmando su llanto.
Así la madre lo adormece, lo provee, lo alimenta,
Así la madre lo arropa.
Pero con el verdadero dolor. ¿Qué ha de hacer una madre?
Llorar pues con su hijo.

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